El aire es un elemento
omnipresente en nuestro día a día que posee una importancia decisiva tanto para
el mantenimiento de la vida como para el desarrollo de muchos procesos. Sin
aire no podríamos vivir pero tampoco sería posible realizar actividades tan
cotidianas como hablar, respirar, inflar un globo, montar en bicicleta,
secarnos el pelo o prender una cerilla. Sin embargo, raras veces caemos en la
cuenta de su existencia. Hacerlo visible permitirá que los alumnos y alumnas
comprendan fenómenos tan cotidianos como el viento o la respiración, ahonden en
conceptos como la materia o la masa y se familiaricen con otros más complejos
como la presión atmosférica, la fuerza o la teoría molecular. Por otro
lado, fomentaremos el rechazo hacia la
degradación del aire así como la implicación en su cuidado. Y todo ello será
posible partiendo de experiencias sencillas y de materiales tan asequibles como
un globo, una vela, un poco de agua o una botella de plástico. En conclusión: el
aire posee una enorme potencialidad educativa.
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